Guillermo Saucedo
- Pos no hay de otra, Juanito. Sólo así aflojo el cuerpo y espanto los demonios. Usted no se me angustie, viejito. Mire que esto de andar en el agua no es un cochino vicio, como dicen. Yo nací pá esto, ¡si no! Pos ¿cómo cree que iba a aguantar todo lo que me empujo cada fin año allá por León… mi bonito León..."