Claritas o Dianitas. Óleo sobre tela. / Eztheni Hernández
Floor
Foto carné
En la santa fe
de los vestidores
te llamaban así
Amílcar le había
regalado la blusa
pa quitársela
El enemigo
era un tipo
que se subía
al ring a birlarle la
comida a los pibes
Morochos
y sabaleros
Ahumados
y diáfanos
derredor
del pingüino
y agites
en eso de enredarse
entre los coordinantes
de un poema
que no pretendía serlo
Refiriéndose
repetidas veces
hasta el gollete
¿Preguntale
cuánto
te queda?
Después de todo
la muerte es esto
de creer en nos
Pasarnos y
repasarnos
en la rosca
chequear
las uniones
y hendidas
Parchar mimi
Casi dormís
Casi tumbas
al ángel más
dañino del bajo
con solo junarlo
y se finiche
Cuarentenas
y chichones
preparados
de razones
refalosas
pendientes
del milagro
y el coagulo
¿Lo entendes?
Las venas
del hemisferio
verdugueado
chasquean
como el elástico
de una bombacha